The Media Dome

Lo prometido es deuda. Con un poco de retraso, llega por fin a este humilde blog la entrada dedicada al fenómeno exopolítico en España, que servirá como corolario a la que inició esta pequeña saga dedicada a los "himbestigadores" de las conspiraciones al más alto nivel.

Por alguna extraña razón, este país tiene la curiosa capacidad de "horterizar" (permítanme el "palabro" a falta de otro mejor) todo lo que recibe. El cine (exceptuando a Álex de la Iglesia), la música (qué decir del heavy metal, por ejemplo: En USA tienen a Metallica y Megadeth. España a Los Suaves, Extremoduro, Barricada y toda la retahíla de grupos de insoportable rock urbano) y la televisión (El formato de Late Night Show que popularizaron colosos como Carson o Letterman fue importado y destrozado por lumbreras como Pepe Navarro o el zafio Sardá) han sido víctimas de nuestro peculiar filtro patrio. Lo cañí.
Y como era de esperar, la Exopolítica no iba a ser menos. Dejando a un lado las pequeñas webs y los minúsculos foros en los cuales un puñado de chiflados desbarran a gusto sobre cuándo seremos invadidos por seres de otros planetas, sus principales exponentes son los que lideran el movimiento desde posiciones preeminentes dado el acceso que tienen a los grandes medios. Aquí podemos identificar una estructura jerárquica muy finamente desarrollada:


RADIO & TV:
En el primer grupo, aquellos que tienen "Mano" sobre cientos de miles de oyentes o televidentes, destacan por supuesto Iker Jiménez, Bruno Cardeñosa y Miguel Blanco. Entre los 3, se reparten el espectro radiofónico de las madrugadas de fin de semana, y desde sus plataformas colaboran a mantener vivo el movimiento. Cierto es que en los últimos tiempos Jiménez y Cardeñosa se han moderado muchísimo y han comenzado a desarrollar un incipiente espíritu escéptico que esperamos que perdure y aumente en el futuro, mientras que Miguel Blanco, creador, director y voz de Espacio en Blanco lleva la senda contraria y da pábulo a todo tipo de individuos con algo que decir sobre estos temas, estando de moda últimamente en su programa el contar con "colaboradores" de países latinos que desbarran a gusto. Especial comicidad tienen los comentarios que el bueno de Miguel va intercalando entre las historias de sus hombres de confianza, del tipo "Jo, vaya tela" o "impresionante". El abanico de contertulios y colaboradores de los grandes de la radio, evidentemente, está conformado por elementos selectos de las escalas jerárquicas anteriores, tanto a nivel prensa escrita como a nivel web. Sólo en ciertas ocasiones el habitante del nivel inferior, el Incauto, es llamado para disfrutar las mieles del éxito radiofónico, y sus 15 minutos de gloria suelen consistir en un relato pormenorizado de sus experiencias OVNI.

REVISTAS NACIONALES

Revistas como Más Allá o Año Cero llevan décadas dando cobertura a las leyendas OVNI. Tienen su público, fiel y leal. El perfil de suscriptor de este tipo de publicación está muy claro. Cree en el viaje astral, el tarot, las psicofonías, la sábana santa, el reiki, la homeopatía, la curación por imposición de manos, las caras de Bélmez y por supuestísimo, el fenómeno exopolítico.
Individuos como el fallecido Jiménez del Oso, Javier Sierra, Enrique de Vicente, Lorenzo Fernández (sin olvidar que Iker Jiménez salió precisamente de dicha cantera del papel couché) han controlado ese cortijo desde hace muchos, muchos años. Conforman el equipo de contertulios de lujo de los programas radiofónicos situados en la cima de la pirámide y para muchos son las máximas autoridades patrias sobre estos temas.

Para la historia queda la atómica intervención de Enrique de Vicente en "Espacio en Blanco" el 18 de Diciembre de 2010 y sus flipantes predicciones y aseveraciones. Sin tapujos, sin el pudor o la autocensura que pudiera imponerse a sí mismo en el pasado para no hacer el ridículo, Mr. De Vicente habló con el corazón. En 10 años, este audio será un clásico de escucha obligada:

LISTENER'S DISCRETION IS ADVISED

WEBS

Son cientos. Un ejército. Algún día, sus participantes tomarán las calles y obligarán a jugar a la Ouija y jurar por Bélmez a todos los ciudadanos de a pie de este país. Con su telepatía nos convencerán a todos de esa gran verdad apabullante que sólo ellos conocen y serán los únicos que no serán engañados por la falsa invasión extraterrestre (tema de moda actualmente en el mundillo y de lectura obligada. Es difícil condensar tanta memez en tan poco espacio).

LOS INCAUTOS

Pueden incluírse aquí tanto a los que consumen todo lo referenciado en los puntos anteriores como a aquellos que, no contentos con ser meros espectadores, deciden dar un paso al frente y contar al mundo sus experiencias con seres intergalácticos. Miguel Blanco es especialmente hábil en la elección de este tipo de sujetos, que incluso llegan a relatar situaciones de tipo sexual (!) en compañía de sus pequeños amiguitos verdes.
Sin ellos, todos los de arriba no son nada. Son el ejército. La carne de cañón. Los soldados del Misterio. Ellos son los que envían los SMS's a Iker Jiménez en Milenio 3 por miles cada noche. El EGM cifra a esta legión de consumidores del misterio en unos cuantos cientos de miles. Milenio 3, por sí solo, se merienda 700.000 oyentes cada noche. Como diría Miguel Blanco, "Casi nada". Pero es que el propio Miguel Blanco cuenta con sus 250.000 o 300.000 fieles, y lo mismo Mr. Cardeñosa.
Aquí se abren los interrogantes: Yo mismo soy seguidor de sus programas, pese a que no me creo ni una sóla palabra de lo que allí se cuenta, opina y dice. Me encanta el aspecto puramente cómico, ese halo de ingenuidad y disparate, ese pequeño punto de irreverencia y alejamiento de la seriedad del mundo real, del mundo cotidiano, y me pregunto cuántos de esos miles de oyentes lo escuchan por los mismos motivos. ¿Cuál será el porcentaje? ¿Y si al menos un 50% de los seguidores de estos programas lo escuchan sin tomárselo en absoluto en serio? ¿Qué pensarían Jiménez, Cardeñosa y Blanco si supieran que, en realidad, son tomados como simples bufones radiofónicos por un porcentaje nada desdeñable de sus oyentes? Es una lógica posibilidad. Sería la única que justificara que una radio pública que pagamos entre todos como es RNE le diera cobertura a los delirios que se escuchan en el programa de Blanco, dicho sea de paso. Está claro que Cadena SER y Onda Cero le ven la parte lucrativa al negocio, y como empresas privadas están en su perfecto derecho, aunque resulta curioso que sean los directores de programas de las privadas (Jiménez y Cardeñosa) los que han suavizado mucho el contenido de sus programas y que el inquilino de la radio pública haya hecho todo lo contrario.

Desde hace un tiempo, se ha sabido que el realizador teutón Roland Emmerich pretende llevar a la gran pantalla el clásico de la ciencia-ficción Fundación, de Isaac Asimov, tras hacerse Columbia con los derechos de la misma. Para ello, contará con guión de Robert Rodat, guionista de Salvar al soldado Ryan, que pese a ser competente en lo suyo, realmente lo tiene difícil para condensar todo el genio asimoviano en lo que parece será una única película.

La imposibilidad de que dicho proyecto llegue a buen puerto puede esbozarse en las siguientes 5 razones:

1- El peso de Fundación recae sobre los personajes. Si por algo se caracteriza Emmerich es por una planicie en los personajes de sus anteriores films total y absoluta. La experiencia nos dice que será incapaz de reflejar en una película la profundidad y las motivaciones de los protagonistas de Fundación.

2- Fundación se desarrolla durante 1000 años. Es imposible representar la complicación de la trama y del Plan Seldon en una única película de un par de horas. Cualquier parte es necesaria para comprender las demás. Todo es una concatenación y la saga Fundación, si por algo se distingue, es por dar la sensación en todo momento de un cuidadoso y metódico orden.

3- La cantidad de personajes fundamentales que son parte activa del Plan Seldon (verdadero protagonista en sí mismo de la saga, quizá por encima de su propio creador, Hari Seldon) y cuyas acciones tienen afectación sobre el mismo es elevadísima. A ningún fan acérrimo de la saga le puede sobrar ninguno, y una futura película que intente resumir puede seguir dos vías:

a) Aplicar directamente el bisturí y cercenar la presencia de algunos de estos personajes, lo cual será tildado de blasfemia por los millones de fans de Asimov. Todavía resuenan en la memoria colectiva de los fans de la fantasía y la Sci-Fi las protestas airadas por la osadía de Peter Jackson al ignorar la existencia de un personaje tan secundario como Tom Bombadil en The Lord of the Rings. Imagínese el lector que Emmerich decide prescindir de Salvor Hardin o de Arcadia Darell, por poner dos ejemplos.

b) Intentar mostrarlos a todos, con lo que confundirá al espectador con semejante avalancha y que, perdido, no entenderá nada, además de que será incapaz de desarrollarlos como es debido.

4- Su intención de utilizar las técnicas de rodaje y efectos especiales de Avatar de James Cameron nos indica que, una vez más, Roland Emmerich primará las formas sobre el fondo, y que no es descabellado pensar que transformará Fundación: The Movie en un burdo espectáculo visual que no haga justicia a los libros.

5- Emmerich es un director de Blockbusters. Sus películas están pensadas para la taquilla. Sin pretender sonar snob, sus filmes son facilones, con personajes planos y que se repiten en todos sus filmes y en los cuales se pueden ver representados a sí mismos los espectadores. Es su sistema y su forma de hacer negocio. Dicho sistema no tiene cabida en una obra de calidad narrativa tan sublime como Fundación. Sus películas siguen siempre una misma estructura y lanzan mensajes similares, que pretenden ser totémicos pero no pasan de simples clichés.

Podrían ser muchas más razones, pero aquí queda el esbozo fundamental del porqué de la imposibilidad de que Emmerich logre algo positivo con una película sobre Fundación. El único autor que podría atreverse con semejante reto, y en mi opinión en forma de serie de TV o de películas a lo Harry Potter (en un número no inferior a 7 u 8) para lograr representar todo lo que pretendió narrar Asimov en su máximo esplendor sería el fallecido Stanley Kubrick. Y sería una labor de al menos una década.